Mientras los vecinos de Santa Teresa, la localidad de 3.500 habitantes ubicada en el departamento Constitución, todavía no logran internalizar el feroz asesinato del que fue víctima Romina Nadín Pérez, una serie de testimonios complicaron la situación de Sebastián C., el único detenido en la causa.
Según confiaron fuentes allegadas a la pesquisa en manos del juez de Instrucción de Villa Constitución, Rubén Bissio, el principal sospechoso admitió ante la policía la autoría del crimen. "Desde el punto de vista policial, el caso está esclarecido", comentó ayer una fuente consultada. Ayer por la tarde, el acusado declaró ante el juez Bissio, quien dispuso que siga tras las rejas.
Romina Nadín Pérez, una joven de 19 años madre de una beba de 10 meses, fue asesinada de siete puñaladas el sábado a las 4.45 en su casa de Rivadavia 450, en el Barrio Alto Verde de Santa Teresa, a unos 55 kilómetros al sur de Rosario. La muchacha trabajaba en una rotisería del centro de la localidad y estudiaba en un instituto terciario la carrera de administración de empresas. Quería progresar, darle un mejor futuro a su pequeña.
El cuerpo de la víctima fue hallado en la cocina de la humilde casa por una vecinita de 12 años —hermana de Sebastián C.— el sábado al mediodía. La nena fue a visitar a Romina ya que eran amigas pero al entrar, en el piso de la cocina, junto a la heladera y sobre una gran mancha de sangre se topó con el cadáver. Después, en el dormitorio, halló a la pequeña hija de Romina: estaba en su cuna sin un rasguño, jugando con un teléfono celular.
De acuerdo al informe preliminar del médico policial que trabajó en la escena del crimen, Romina Pérez tenía tres puntazos en su espalda y cuatro en la zona de la nuca y la cabeza. No presentaba heridas defensivas, sostuvo el primer examen.
Sebastián C., vecino de la víctima y un hombre que supo trabajar como depostador de porcinos en un frigorífico, fue detenido poco después por la policía, que realizó tres allanamientos. De su casa se llevaron ropas y al menos cuatro armas blancas, de la que sobresalía una cuchilla de 30 centímetros de hoja con manchas que serían compatibles con sangre.
Testimonios de vecinos ubicaron a Sebastián C. en la escena del crimen.
FUENTE: LA CAPITAL
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